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Transforma la ira en calma interior 5 - Los cuatro caminos para librarse de la ira



Primer camino: El autodominio

¡La ira es una alteración de la paz interior que tú mismo has creado! Los siguientes cinco pasos ayudarán a dejar el hábito de querer controlar a los demás y las situaciones lo cual conlleva a la ira o el dolor, al mismo tiempo que nos permiten tener una mayor comprensión.

Primer paso

La autoconciencia

Al aprender a ser más consciente de ti mismo, empezarás a advertir la ira en sus primeras etapas, es decir, la irritación es el primer signo de que tu conciencia está agitada. Cuando la irritación empiece a aparecer, observa esta sensación y luego…

Segundo paso

El reconocimiento

Recuerda que eres totalmente responsable de tu irritación. Nunca la ha creado otra persona o determinada situación. ¡Ten cuidado y no te apuntes con tu propia pistola ni te irrites por haberte irritado!

Tercer paso

La aceptación

No rechaces la irritación. Acepta su presencia. Si intentas resistirte a ella, sólo se volverá más fuerte y querrás reprimirla. Habla con ella, sonríele y dale un abrazo. “¡Hola ira, ya has vuelto!” pero no la alimentes.

Cuarto paso

El distanciamiento

Al conversar con tu irritación/ira ya has dado el cuarto paso, que consiste en distanciarte de ella y observar la emoción. Recuerda que tu no eres tus emociones. Todas las emociones desaparecen al observarlas. Tú eres su creador y ellas son tu creación. El creador no es la creación. No te identifiques con la emoción. No te apegues a ella y obsérvala.

Quinto paso

La sintonización

El lugar más tranquilo de un huracán es el ojo del mismo, al igual que ocurre con el huracán de las emociones. 

El lugar más tranquilo es el centro, el núcleo de tu conciencia. Si aprendes a ir allí, siempre encontrarás paz y fuerza interior. El método para sintonizar o “conectar” con el centro de tu ser es el más antiguo del mundo. Se trata de la meditación. Aprende a meditar.

La meditación no es una técnica, sino más bien el proceso de expandir la conciencia. Al principio no es posible dar los cinco pasos en las situaciones reales y en el momento que ocurren. Para ir asimilando el proceso, practícalo en retrospectiva. Resérvate al final del día para repasar la jornada a la luz de los cinco pasos. Tu diálogo interior puede ser parecido a: “Cuando David ha entrado en la habitación he podido sentir cómo empezaba a irritarme, o sea que he sido consciente de ello. He reconocido la irritación, me he responsabilizado de ella y no la he proyectado en David. Pero, en lugar de aceptar la presencia de la irritación, me he resistido a ella y he acabado reprimiéndola. Ahora entiendo por qué ha aumentado. Mañana trabajaré más con el paso tres, el de la aceptación”.

La pérdida de significado

En el acelerado mundo en que vivimos también solemos jugar con las palabras. Al hacerlo suelen perder su significado. Como cuando la pasión se confunde con la ira. Son muchos los que creen que la ira es un signo de pasión, por ejemplo, cuando alguien toma partido y se enfrenta a una injusticia o lucha por una causa. Pero en este caso no se trata de pasión, sino de ira. La verdadera pasión es entusiasmo no nos agota, es estable y creativo, pero no destructivo. Además, nunca va “en contra” de nada. No confundas la pasión con ira.

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