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Transforma la ira en calma interior 7 - Ideas para que se te pase el enfado

 


Cuarto camino

Ideas para que se te pase el enfado

Hay muchas formas de liberarte del enfado que tu mismo te has creado. A continuación, te describo brevemente algunas.

1.       Aceptar las cosas tal como son

Aprende a aceptar las cosas y a los demás tal como son, en este mismo instante y en todo momento. Volveré a hablar de ello más adelante, pero es bueno que ya empieces a practicarlo a partir de ahora. Si esta idea te irrita un poco significa que aún te queda mucho trabajo por hacer. ¿Estás dispuesto a ponerla en práctica?

2.       Concéntrate en el futuro

Olvídate del pasado. El pasado es como un archivador. Cuando vas a la oficina, ¿te pasas el día con la cabeza metida en el archivador? Empieza a advertir cada vez que rememoras el pasado, siendo consciente de tus conversaciones y de cómo el ochenta por ciento de ellas se centran en él. Ve concentrándote poco a poco en el futuro en todo cuanto pienses y digas, pero no en un futuro lleno de deseos, expectativas y exigencias, sino en un futuro en el que todo te irá sobre ruedas.

3.       Observa, espera y lee

Mientras miras las noticias, intenta descubrir cuál es la situación conflictiva que ha causado la ira de las personas que aparecen en ellas. Y luego intenta ver porqué se están creando su propia ira. No las juzgues ni las Apruebes por nada. Esta actitud te ayudará a comprenderte mejor a ti y a los demás. Te ayudará ver la verdad que se oculta en todos. No saques unas conclusiones precipitadas. En realidad, no hay ninguna conclusión, sólo las movedizas arenas de los cambios. Los patrones de las arenas del desierto son siempre los mismos. Aprende a leerlos

4.       Date a ti mismo un consejo

Deja de hacerte daño, ya que eso es lo que haces cuando te fastidias por algo. Imagina que aconsejas a alguien que está decidido a hacerse daño a sí mismo. ¿Qué le dirías? ¿Cómo lo entenderías? ¿Qué le aconsejarías para intentar que deje de hacerlo? Date ahora un consejo para desprenderte del hábito de hacerte daño emocionalmente. ¿Qué te dirías a ti mismo? Anótalo

5.       Retirarte cuando sea apropiado, aunque aún sigas ahí

En una reunión, en la cocina o en un contacto personal en el trabajo, mantén la clama: permanece atento, distanciado y, al mismo tiempo, disponible; desapasionado, pero implicado. Lo cual significa que eres dueño de tus respuestas. Si aprendes estas tres habilidades interiores, tu vida cambiará sin duda. Visualízalas primero y dedícate luego a practicarlas a la menor oportunidad

6.        Adquiere una actitud positiva

Si la costumbre de enojarte está muy arraigada en ti, encuentra un área de tu vida en la que puedas dedicar tu tiempo y energía de una forma positiva. Es como dejar de regar una planta: la planta empieza a marchitarse y al final se muere, al igual que le ocurrirá al árbol de tu arraigada costumbre de enojarte, irritarte y sentirte resentido. ¿En qué actividad puedes concentrarte que no fomente tus hábitos negativos?

7.       Busca la causa

Imagínate que eres el Sherlock Holmes de las emociones humanas. Siempre que sientas una emoción, intenta descubrir su causa y el autor de la emoción. Durante años has estado persiguiendo al infame que “se dedica a traficar con la ira” y ahora estás a punto de encontrarlo… ¿o él está a punto de encontrarte a ti? Sólo tienes que conseguir unas pocas pruebas más y ya habrás resuelto el caso. Suelta a los sabuesos para que puedan seguirle la pista y descubrir la causa de tu ira

8.       Desintoxícate

Deja de relacionarte con personas tóxicas y decide no frecuentar a los que están casi siempre quejándose, lamentándose, protestando y despotricando. Envíales tus buenos deseos junto con tus excusas por no haber podido asistir, pero no les confieses nunca por qué prefieres estar en cualquier otra parte. Aléjate de ellos con la mayor discreción posible, sin preocuparte por lo que los demás puedan pensar de ti. ¡Es su problema, no el tuyo!

 

Para terminar la primera parte del libro el autor escribe una especie de ensayo al que llama la furia de los dioses.

Trataré de sintetizar lo que expresa en él. Cuando éramos niños, los adultos especialmente nuestros padres usaron la ira para hacernos sentir culpables y avergonzados. Actitudes como: que después de cometer un error nos mostráramos culpables por ello lo cual en cierta forma los enorgullecía pues pensaban que eso nos hacía honestos. O en otro sentido que nos culparan por las dificultades o situaciones molestas que ellos vivían, sin darse cuenta, esto generó gran pérdida de autoestima y nos preparó para estar propensos a las distintas manifestaciones de la ira. Y lo peor es que los sentimientos de culpa y vergüenza, son los peores obstáculos para transformarla.

También expone el hecho de que nosotros mismos nos podemos presionar pues una voz interna nos dice que cometimos un error y esta presión nos lleva también a los sentimientos de vergüenza y culpa. Todo esto nos prepara para la segunda parte del libro donde nos mostrará como la calma y la paz nos llevan a una vida plena, valiosa y feliz y al final nos llevará por un viaje maravilloso donde a través de la meditación podremos lograr esa fuerza, ese poder interno que tanto hemos anhelado. Nos invita a que reflexionemos sobre los métodos expuestos en esta primera parte y los practiquemos mientras conocemos esos secretos por medio de los cuales en la segunda y última parte podremos descubrir el enorme potencial que poseemos.

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