Cuarto camino
Ideas para que se te pase el enfado
Hay muchas formas
de liberarte del enfado que tu mismo te has creado. A continuación, te describo
brevemente algunas.
1.
Aceptar
las cosas tal como son
Aprende a
aceptar las cosas y a los demás tal como son, en este mismo instante y en todo
momento. Volveré a hablar de ello más adelante, pero es bueno que ya empieces a
practicarlo a partir de ahora. Si esta idea te irrita un poco significa que aún
te queda mucho trabajo por hacer. ¿Estás dispuesto a ponerla en práctica?
2.
Concéntrate en el futuro
Olvídate del pasado. El pasado es como un
archivador. Cuando vas a la oficina, ¿te pasas el día con la cabeza metida en
el archivador? Empieza a advertir cada vez que rememoras el pasado, siendo
consciente de tus conversaciones y de cómo el ochenta por ciento de ellas se
centran en él. Ve concentrándote poco a poco en el futuro en todo cuanto
pienses y digas, pero no en un futuro lleno de deseos, expectativas y exigencias,
sino en un futuro en el que todo te irá sobre ruedas.
3.
Observa, espera y lee
Mientras miras las noticias, intenta descubrir
cuál es la situación conflictiva que ha causado la ira de las personas que
aparecen en ellas. Y luego intenta ver porqué se están creando su propia ira.
No las juzgues ni las Apruebes por nada. Esta actitud te ayudará a comprenderte
mejor a ti y a los demás. Te ayudará ver la verdad que se oculta en todos. No
saques unas conclusiones precipitadas. En realidad, no hay ninguna conclusión,
sólo las movedizas arenas de los cambios. Los patrones de las arenas del desierto
son siempre los mismos. Aprende a leerlos
4.
Date a ti mismo un consejo
Deja de hacerte daño, ya que eso es lo que haces
cuando te fastidias por algo. Imagina que aconsejas a alguien que está decidido
a hacerse daño a sí mismo. ¿Qué le dirías? ¿Cómo lo entenderías? ¿Qué le
aconsejarías para intentar que deje de hacerlo? Date ahora un consejo para
desprenderte del hábito de hacerte daño emocionalmente. ¿Qué te dirías a ti
mismo? Anótalo
5.
Retirarte cuando sea apropiado, aunque aún
sigas ahí
En una reunión, en la cocina o en un contacto
personal en el trabajo, mantén la clama: permanece atento, distanciado y, al
mismo tiempo, disponible; desapasionado, pero implicado. Lo cual significa que
eres dueño de tus respuestas. Si aprendes estas tres habilidades interiores, tu
vida cambiará sin duda. Visualízalas primero y dedícate luego a practicarlas a
la menor oportunidad
6.
Adquiere
una actitud positiva
Si la costumbre de enojarte está muy arraigada en
ti, encuentra un área de tu vida en la que puedas dedicar tu tiempo y energía
de una forma positiva. Es como dejar de regar una planta: la planta empieza a
marchitarse y al final se muere, al igual que le ocurrirá al árbol de tu
arraigada costumbre de enojarte, irritarte y sentirte resentido. ¿En qué actividad
puedes concentrarte que no fomente tus hábitos negativos?
7.
Busca la causa
Imagínate que eres el Sherlock Holmes de las
emociones humanas. Siempre que sientas una emoción, intenta descubrir su causa
y el autor de la emoción. Durante años has estado persiguiendo al infame que
“se dedica a traficar con la ira” y ahora estás a punto de encontrarlo… ¿o él
está a punto de encontrarte a ti? Sólo tienes que conseguir unas pocas pruebas
más y ya habrás resuelto el caso. Suelta a los sabuesos para que puedan
seguirle la pista y descubrir la causa de tu ira
8.
Desintoxícate
Deja de relacionarte con personas tóxicas y decide
no frecuentar a los que están casi siempre quejándose, lamentándose,
protestando y despotricando. Envíales tus buenos deseos junto con tus excusas
por no haber podido asistir, pero no les confieses nunca por qué prefieres
estar en cualquier otra parte. Aléjate de ellos con la mayor discreción
posible, sin preocuparte por lo que los demás puedan pensar de ti. ¡Es su
problema, no el tuyo!
Para terminar la primera parte del libro el autor escribe una especie de
ensayo al que llama la furia de los dioses.
Trataré de sintetizar lo que expresa en él. Cuando éramos niños, los
adultos especialmente nuestros padres usaron la ira para hacernos sentir culpables
y avergonzados. Actitudes como: que después de cometer un error nos mostráramos
culpables por ello lo cual en cierta forma los enorgullecía pues pensaban que
eso nos hacía honestos. O en otro sentido que nos culparan por las dificultades
o situaciones molestas que ellos vivían, sin darse cuenta, esto generó gran
pérdida de autoestima y nos preparó para estar propensos a las distintas
manifestaciones de la ira. Y lo peor es que los sentimientos de culpa y
vergüenza, son los peores obstáculos para transformarla.
También
expone el hecho de que nosotros mismos nos podemos presionar pues una voz
interna nos dice que cometimos un error y esta presión nos lleva también a los
sentimientos de vergüenza y culpa. Todo esto nos prepara para la segunda parte
del libro donde nos mostrará como la calma y la paz nos llevan a una vida
plena, valiosa y feliz y al final nos llevará por un viaje maravilloso donde a
través de la meditación podremos lograr esa fuerza, ese poder interno que tanto
hemos anhelado. Nos invita a que reflexionemos sobre los métodos expuestos en
esta primera parte y los practiquemos mientras conocemos esos secretos por
medio de los cuales en la segunda y última parte podremos descubrir el enorme
potencial que poseemos.
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