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Pequeñas dosis de sabiduría para grandes momentos de insensatez Semana 1

Querido lector:
Como estudiante espiritual del Raja Yoga, he recorrido un largo viaje de
16 años… me he convertido en toda una adolescente de la espiritualidad que
ya ha pasado por sus momentos rosa y también ¡por las crisis propias  de
la edad! Y como luego de la tormenta viene la calma, cuando ella pasa,
lo bello y profundo que nos deja se torna visible… para quien quiere verlo
y acogerlo.
Así pues,  como adolescente que sigue creciendo, la mirada se amplía y el
horizonte se abre… y entonces el diario que una vez fue tan íntimo y
personal… ¡¡ahora empiezo a volverlo público, OMG!! ¡Y no como estrategia
de popularidad, no señores! No tengo redes sociales ni mucho menos seguidores que quiera incrementar.
Entonces, ¿cuál sería la razón? Soy estudiante espiritual pasando la
adolescencia, construyendo mi adultez joven; esto significa que cuando uno
empieza a hacerse maduro… espiritualmente, el servicio al mundo empieza a ser “el pan de cada día” y se torna una necesidad, un hábito, un comportamiento natural y espontáneo pero sobre todo un gozo, un propósito, una motivación y una razón de ser. Entonces, las vivencias personales son el insumo básico que te da la autoridad de la experiencia para compartir con todo aquel que esté dispuesto y abierto a recibirlas.
Además de que siento la responsabilidad de la madurez espiritual (o lo que
algunos llamarían: el peso de los años…) he decido compartir mi diario de
transformación personal, contigo amigo lector, con la intención de
desmitificar mitos y creencias erróneas acerca de la espiritualidad y de
las “personas espirituales”, porque sí, soy estudiante espiritual pero no
te equivoques, que no soy perfecta… aún; soy estudiante espiritual, pero no
te confíes, porque cometo errores.
Y a estas alturas te preguntarás: y entonces ¿cuál es la diferencia de
llamarse “estudiante espiritual”? La invitación está servida para ti y la
llave de mi diario personal ya se fue a la basura. Acompáñame semanalmente
en este viaje de re-descubrimiento interior que parece una quimera: hacer
tangible lo intangible, hacer visible lo invisible; tornar divino lo humano y posible lo imposible.
¡Un abrazo sutil y cálido, hasta la próxima semana!

Por Dora Lucy Guarín Carreño


Profesionalmente se desempeña como terapeuta ocupacional pediátrica en las áreas clínica y educativa.
Con un gran interés por entender las verdades más profundas de la existencia y el ser, desde hace más de 15 años se dedica al estudio y enseñanza de la meditación Raja Yoga.












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Comentarios

  1. Respuestas
    1. Gracias por leer y apreciar, Eduardo.
      ¡Hasta pronto para seguir compartiendo en lo virtual!

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  2. Estupendo mensaje. Gracias por ponerte a disposición. Yo desde hace muchos años empecé ese viaje de construir mejor el adulto joven y creo que es muy arduo pero que al final te v vas encontrando alivio. Saludos Dora.

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    1. Auri, gracias por tu aprecio. Desde el escenario virtual, por ahora, es un camino que muchos estamos haciendo; es nuestra mejor contribución!

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