Por Elsa María Fríes
Si estoy bien conmigo mismo puedo convivir bien con los otros, y ¡¡es precisamente gracias a la convivencia que podemos realizarnos como seres humanos!!!
Nunca, como en la
circunstancia actual, ha sido más necesario aprender a convivir con las demás
personas para dejar salir toda la bondad que tenemos en nuestro interior y que
nos realiza como verdaderos seres humanos.
La vida de la convivencia es el mejor lugar para superar las pruebas de la variedad de situaciones que se nos presentan en el día a día y es el lugar donde podemos certificarnos como una buena persona. Cuando estoy satisfecho conmigo y los demás también lo están, el mismo cosmos me aplaude y la película de la vida nos trae muchas escenas gratificantes.
Para
mantener una buena convivencia, regalarme paz, regalar paz a todos quienes son
mis relacionados y regalar paz al mundo entero, valen las siguientes acciones:
ü Pensar en lo que los demás están haciendo puede causarnos dolor de
cabeza, en vez de ello es mejor pensar en lo que nosotros hemos de hacer y
hacerlo para sentirnos mejor.
ü Nadie tiene el poder de producirnos intranquilidad a menos que nosotros
entreguemos el poder de nuestra respuesta a las situaciones y a las acciones de
los otros, así o somos nuestro mejor amigo o nuestro propio enemigo. Son
nuestras expectativas y hábitos negativos los que nos quitan la paz y nos hacen
sufrir.
ü Los buenos sentimientos hacia los demás se generan en nuestra mente, se
transmiten a través de nuestra actitud y se reflejan en nuestros ojos y nuestra
sonrisa, por ello una sonrisa abre el corazón y una mirada dulce puede hacer
milagros en las relaciones con otros.
ü Cada individuo es diferente y cada uno tiene su propio papel en la
película de la vida, por ello es mejor apreciar el valor de las diferencias y
construir las relaciones con base en lo que tenemos en común, que censurar
aquello, de los demás, con lo que no nos identificamos.
ü Cooperar con los demás, crea cooperación, inspira a los demás a cooperar
y encontraras que tu casa u oficina se convierten en lugares de aprendizaje y
de crecimiento personal.
ü Para ser felizmente pacíficos hemos de aprender a amar y apreciar a las
personas manteniendo la propia independencia, es decir sin apegarnos a las personas
y sin hacerlas parte de nosotros mismos, así, cuando ellas no estén con
nosotros no tendremos el sentimiento de pérdida.
ü Mejora y fortalece tus relaciones con los demás evitando enojos, rabias
o sentimientos de ira, para ello es muy útil respirar profundamente, poner
atención a nuestra actitud y responder sin apresurarnos.
ü Vivimos en una sociedad miedosa en un tiempo que ha generado una
atmosfera muy miedosa, además la sociedad cultiva sus miedos escuchando
demasiadas noticias sobre la pandemia, sobre violencia y conflictos; promovamos
la paz, propongámonos conversar de lo que la vida nos ofrece, propongámonos
crear esperanza y entusiasmo en el futuro, si todos tenemos una visión más
positiva de la realidad presente, entre todos seremos capaces de construirla.
Inspirado
en Regalo de Paz, Pensamientos para un Mundo Pacífico, Brahma
Kumaris 2011
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