Por Carmen Alicia Fríes
En estos tiempos inciertos todos
buscamos el bienestar de una u otra forma, para uno, su familia y amigos.
El bienestar lo podemos definir de
una manera sencilla como el conjunto de cosas para vivir bien, o, aquello que
crea un sentimiento de satisfacción y tranquilidad. Las definiciones de
bienestar social son más complejas, ya que incluyen el empleo, recursos,
vivienda, servicios, educación, salud, etc.
En realidad, el bienestar es un
concepto subjetivo, lo que a uno le genera ese sentimiento de satisfacción, a
otros no les interesa, les desagrada o puede generarles angustia. Depende de
los gustos, tendencias y necesidades de cada uno.
En un mundo globalizado, donde todo es tendencia, podemos caer en la trampa de seguir los gustos y necesidades de otros, generalmente de personas famosas o influyentes, pensando equivocadamente que ése es nuestro camino hacia el bienestar, el resultado: intranquilidad, pesar y sensación de fracaso.
El bienestar desde la meditación Raja Yoga, se entiende como el conocimiento profundo del propio ser, desde una perspectiva espiritual amplia y comprensiva de sus cualidades y defectos, junto con la aceptación de estos. Lo cual no significa resignación, por el contrario, el ejercicio habitual de la meditación va enfocado al reconocimiento y potencialización del ser, lo que resulta en la disminución o eliminación de los defectos, en otras palabras, en sentirse bien, bienestar.
Para crear una buena estructura
que sostenga una construcción grande, los cimientos han de ser de un material
fuerte y su resistencia está directamente relacionada con el tipo de suelo.
De la misma forma, cada acto de creación interno, cada esfuerzo por cambiar, ser mejores y lograr ese bienestar, necesita esas bases fuertes y resistentes, que logramos en el ejercicio diario de la meditación, cuando las cualidades positivas como la paz, se reconocen no desde un conocimiento intelectual, o la simple repetición de una frase, sino que son experimentadas a profundidad para crear la seguridad del bienestar espiritual.
¿Y cómo hacerlo? En primer lugar,
reconocernos como el conductor y no el vehículo, vale decir como el alma, no el
cuerpo, no los roles desempeñados por el cuerpo en razón de sus características
y relaciones. En segundo lugar, voltear la mirada hacia el interior, crear un
espacio silencioso y tranquilo, y allí experimentar tu ser pacífico… Este es
solo en comienzo.
Cuando logras sentir esa paz interior, antes de seguir avanzando, es bueno hacer las paces con uno mismo, en ese estado meditativo y de reconocimiento, sin culpar ni reprender, solamente fortaleciendo tu carácter de manera positiva.
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