Por Elsa María Fries
En estos
tiempos de cambio en que todos nos encontramos enfrentando situaciones muy
difíciles, bien sea en salud, en el trabajo, en aspectos financieros, por las
relaciones personales o por cualquier otra causa, todas circunstancias que
nosotros no queremos pero que necesitamos superar, es de suma importancia
utilizar el poder de las buenas vibraciones y de las bendiciones.
Las vibraciones corresponden a la frecuencia que emanamos como seres de energía que somos y pueden ser baja frecuencia o llegar a alta frecuencia, según sean los pensamientos y sentimientos del ser. Una persona que vive sintiendo y pensando desde la ira, el sufrimiento, la avaricia, la arrogancia, la mentira, la ignorancia espiritual, la lujuria, las debilidades, o el apego, siempre emanará vibraciones de baja frecuencia. En cambio, quien piensa y siente desde la paz, la felicidad, la inocencia, la benevolencia, la dignidad espiritual, la verdad, el amor, la fortaleza de espíritu, o la libertad, emanará vibraciones de alta frecuencia, y las vibraciones que emanamos tiñen nuestros gestos, palabras, sonrisas, miradas y forma de ser.
Por otra parte, las bendiciones son buenos deseos que sentimos por otras personas y que enviamos al universo a fin de que lleguen a las personas bendecidas y les ayuden en las situaciones en las que se encuentran.
Recientemente me compartieron una linda historia al respecto: Se trata de una madre que fue desahuciada por los médicos con relación a su cáncer. Su mayor esperanza vino de una de sus pequeñas hijas que con un lenguaje infantil-maduro le decía que "esperaba que su cáncer se fuera". Poco a poco, el efecto de estos buenos deseos o bendiciones, surgidos desde la conciencia elevada de la pureza infantil empezaron a generar el efecto que los médicos no pudieron generar por si solos, hasta que por fin la madre se vio libre del cáncer.
Yo creo en el poder de las buenas vibraciones, de las bendiciones, de los
buenos deseos, de las expectativas positivas, siento que cuando alguien desea
de forma poderosa que otra persona esté bien, le está entregando algo
valiosísimo. No necesariamente habrá cura, como en el caso de esta madre, pero
sin duda la entrega de vibraciones positivas, palabras poderosas y amor, a
través de diversos medios, permitirá a la persona entrar en contacto con la
mejor parte de sí misma y enfrentar la situación con todo su poder espiritual.
Es ahí, dentro del propio ser, donde está lo mejor de cada uno, y es ahí donde
se encuentran las armas que podrán combatir más fácilmente la crisis por la que
atraviesa la persona. Cuando compartimos buenas vibraciones, cuando damos
bendiciones, cuando sentimos los mejores deseos por alguien en dificultades le
permitimos a estas armas, a estos poderes internos espirituales, salir y
vencer.
Así que si
quieres ayudar a todos los que sufren dificultades en el mundo separa un tiempo
en tu día, en varios momentos, para desear el bien de los otros, pero no solo
desearles el bien, sino entregarles vibraciones elevadas, bendiciones y así
empoderar a las almas.
Finalmente, entendiendo que la frecuencia más elevada que existe es la frecuencia de Dios, la invitación es a conectarle por la oración, la meditación o la contemplación y, en su compañía, enviar buenas vibraciones y bendiciones a todos cuanto lo necesitan en el mundo hoy por hoy.
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