A medida que avanzamos en la vida, todos queremos avanzar livianamente, con libertad. La libertad es una experiencia original del alma. Si fuéramos a mudarnos a una nueva casa, sería prudente resolver que llevar, que dejar y que tirar. Si fuéramos a empacar una maleta para unas vacaciones o para seguir adelante, sería prudente estar seguros de que solo llevamos con nosotros los artículos esenciales o más beneficiosos. Sin embargo, a menudo olvidamos que también es sabiduría profunda hacer el mismo tipo de despeje en nuestra mente.
Necesitamos
clasificar lo que son nuestros valores más queridos, y la mayoría de creencias profundamente
arraigadas, y ellas son las que mantenemos con nosotros como tesoros, mientras avanzamos.
De esta manera podemos seguir moviéndonos, manteniendo en mente el cuadro
completo, que nos mantiene livianos y tranquilos.
Sin
embargo, muchos de nosotros seguimos mirando hacia atrás. Seguimos cargando el pasado,
desmenuzando, recordando, deseando que las cosas fueran diferentes, o deseando
que las cosas fueran como eran antes. Todo esto nos hace pesados. Nos atascamos
y luego perdemos la perspectiva.
Necesitamos
aprender a soltar y empacar el pasado. El tiempo, en su sabiduría, avanza, no retrocede.
Entonces, primero que nada, en dos palabras, ¡ordenado y corto! Tómate un
tiempo para estar en soledad y en la paz de esa soledad, mira lo que son en
esencia nuestras realizaciones e inspiraciones, y llévalas delante.
Deja
atrás la culpa, vergüenza, miedo y preocupación. Si también recordamos permanecer
en la esencia en el presente, crearemos menos cosas para ordenar en el futuro.
Todos hablamos demasiado. Nosotros Necesitamos aprender a mantener nuestro
hablar en la esencia, y no usar diez palabras cuando dos servirán.
En
segundo lugar, hay un mantra que vale la pena recordarlo: ¡no pensar! Hay tantos
eventos que están más allá de nuestro control y sin embargo la tendencia es a reaccionar
constantemente. Es importante recordar que hay siempre un pequeño espacio antes
de reaccionar, y ese pequeño espacio es donde la conciencia tiene un momento
para hablar. Si escuchamos eso y nos detenemos de reaccionar, estamos salvados
de los pensamientos negativos y la confusión emocional que a menudo siguen reacciones
instintivas. Toma una respiración profunda y extiende ese espacio pequeño más y
date el tiempo para observar y elegir las cosas correctas para decir.
En
tercer lugar, aprende a aplicar el freno, para poner un alto de vez en cuando.
Toma un descanso durante el día, para ir al interior y estar en paz. Permanece
liviano, ríete un poco de ti mismo, no te tomes a ti mismo demasiado en serio.
Yo,
el alma, soy parte de una dinámica mucho mayor de eventos y relaciones en el
mundo y yo no soy responsable de todo en ella - soy responsable por lo que
siento por lo que está sucediendo. yo soy responsable por lo que llevo conmigo,
y algunas cosas simplemente ya no son útiles. Déjame aprender el arte de empacar
y llevar conmigo las cosas valiosas que son más queridas para mí y para los
demás.
Por: Gopi Patel, publicado en The Daily Guardian
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