El lenguaje de la competencia es ¿Quién es mejor, quién es el número uno? Querer ser mejor que los demás es una carrera interminable. Entonces nuestras energías de amor, cuidado y cooperación se bloquean. La mayoría de nosotros crecimos condicionados a creer que la vida es una competencia.
1. La competencia no se limita solo a tu mundo profesional. Puede competir
incluso en su familia: quién es más amado, quién cuida mejor la casa, quién
gana más, etc.
2. Tu tendencia a competir se convierte en un hábito. Puede perder la
conciencia y, sin saberlo, puede vivir con miedo, tensión y ansiedad todo el
tiempo al tratar de estar por delante de los demás.
3. Cuando compites con alguien, estás perdido. Es posible que no utilices todo
tu potencial y simplemente estés feliz de estar por delante de la otra persona.
O puede terminar esforzándose más allá de su capacidad y estresarse. Tu
objetivo sería ser mejor que los demás, en lugar de ser lo mejor que te has
fijado.
4. Haga de la cooperación su propósito de vida, no de la competencia. No están
uno contra el otro, están uno con el otro. No estás en una carrera; ustedes
están en este viaje juntos. Compartirás lo que sabes y llevarás a otros contigo
a medida que avanzas. Este cambio cambiará la forma en que vives y traerá más
éxito del que esperabas.
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