Por Carmen Alicia Fríes
Los signos de puntuación los vemos y los usamos en la escritura y la lectura. Delimitan frases y facilitan tanto la comprensión como la lectura misma de un texto.
Me he encontrado con dos o tres autores que optaron en su momento
por escribir sin usar ninguno de los signos, su lectura fue algo divertido por
lo novedoso, y al mismo tiempo, un ejercicio mental para encontrar la pausa y
el énfasis.
Y nuestra mente, la mayoría de las veces, es como esos escritores,
opta por lanzar pensamiento tras pensamiento, idea tras idea, emoción tras
emoción, el resultado: desorden, cansancio y malestar.
Vamos al punto. Cuando escribes y separas con comas, haces la
pausa entre ideas. ¿Cómo poner una coma en tu mente? Cuando crees que terminaste,
pero sientes que faltó algo, usas el punto seguido. Y ¿en la mente cómo? Y qué
decir del punto final.
La meditación practicada con constancia y el conocimiento de tu
ser interior te ayudarán a poner orden a tu mente con respeto, suavidad y amor
por ti mismo, veamos:
Los pensamientos son energía. Podemos hacer la prueba de contar
cuántos pensamientos se tienen en un minuto; a veces sorprende el resultado. La
mente salta de lo cotidiano a lo imaginario, del futuro al pasado. Eso consume
nuestra energía y por eso hay cansancio.
Al empezar a calmar la mente y concentrarse, ésta aprende a
generar menos pensamientos, o sea, pone una coma entre uno y otro. Y Cuanto más
se experimente la meditación, más fácil resulta a la mente cambiar la coma por
el punto y seguido, lo que significa tener una pausa mayor entre pensamientos,
pudiendo además seleccionarlos a conveniencia. Con esto, vamos logrando orden y
reduciendo el cansancio mental. Y poco a poco, es factible que enseñes a tu
mente a aplicar el punto y aparte; ya no irá saltando desbocada de un tema a
otro, lo hará con cierto orden y al ritmo que tú consideres necesario.
En cuanto al tema del pensamiento creativo, podríamos decir que,
al generar un proyecto nuevo, o en el momento de la creación de una obra, o
para tomar una decisión importante, hay que pensarlo detalladamente. Si bien es
cierto, también lo es el hecho de que pensar o planear demasiado se queda en
eso, en planes. Hay un momento en que debemos decir ¡ya, así queda!
Y en cuanto a los
pensamientos emocionales, es ahí donde debemos ejercitarnos más para que la
mente aprenda a poner ese punto final. No más vueltas a: “si me hubiera dicho…”
“Las cosas deberían ser así…” etc.
A todos nos conviene saber cerrar ciclos a tiempo. La mayoría
distinguimos el momento final en muchas ocasiones. Ese momento en que ya no hay
felicidad o un logro positivo para ninguna de las dos partes. O cuando ya no
hay nada más que hacer. Pero nos detenemos a nosotros en lugar de tener la
fuerza de voluntad y detener a la mente y ordenar el punto final.
Vale la pena ensayar y practicar en situaciones sencillas, del
diario vivir, poner un punto final. Has que tu mente se ejercite y aprenda a
obedecerte cuando tú digas: ¡ni un pensamiento más!
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